martes, 28 de julio de 2015

Saluda a tus emociones

Fuente: http://lamenteesmaravillosa.com/saluda-a-tus-emociones/



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Saluda a tus emociones


Las emociones nos predisponen de maneras diferentes a la acción; cada una de ellas nos señala una dirección que, en el pasado, permitió resolver adecuadamente los innumerables desafíos a  los que se ha visto sometida la existencia humana. 
Daniel Goleman
Alegría
Es el sentimiento que surge cuando conseguimos una meta u objetivo, vivimos una experiencia que consideramos agradable o conseguimos reducir nuestro malestar.
– Bajo su influencia somos capaces de traer a nuestra memoria recuerdos alegres. Funciona como un motor que remueve nuestra vida y nos hace que elegir aquellos momentos en los que tuvimos esta emoción positiva.
– Induce cambios hormonales reduciendo el estrés, mejorando la respuesta inmune y las respuestas cardiovasculares.
 Facilita la interacción social haciendo que seamos personas más comunicativas, más propensas a  prestar ayuda a los demás y consiguiendo suavizar los efectos de las emociones negativas.
– La alegría se contagia. Cuando nos sentimos alegres tendemos a compartirlo con los demás y con el mundo e intentar que nuestro alrededor también la disfrute.
Sin la tristeza no seríamos capaces de sentir alegría
Tristeza
Es un sentimiento que se caracteriza por que nuestro estado de ánimo decae y hace que nuestra actividad mental y nuestras acciones se reduzcan.
– Estar triste es muy subjetivo y personal. Aparece ante situaciones en la que perdemos algo o a alguien o en la que nuestro yo se ve dañado. Puede oscilar desde una melancolía leve a una pena intensa, pero no podemos confundirla con depresión.
– Influye sobre nuestros procesos de pensamiento haciendo que tengamos una menor capacidad para la creatividad. Nos focalizamos en los datos disponibles, tratando de reflexionar en aquello negativo que ha ocurrido y no exploramos otras opciones para resolver un conflicto o salir de una situación negativa.
– Sentir tristeza hace que no tengamos una buena disposición para el contacto social y que nos aislemos o que, por el contrario, nos estimule para buscar ayuda.
– Cuando nos sentimos tristes de manera continuada podemos experimentar indefensión aprendida que hace que pensemos que hagamos lo que hagamos no vamos cambiar nada por lo que tomamos la opción de no intentarlo.
La tristeza también tiene su lado positivo: te hace reflexionar acerca de lo que realmente te importa
Ira
Es un sentimiento que aparece cuando nos vemos sometidos a situaciones que consideramos frustrantes o dañinas para nuestra integridad y la de las personas que estimamos.
Encuentras ejercicios liberadores en el sig. link

Librerías virtuales:

Curso virtual gratuito sobre Nuestra Vida Emocional:
http://nuestravidaemocional.blogspot.com.ar/p/curso-nuestra-vida-emocional.html

sábado, 18 de julio de 2015

Ejercicio: Mirar de frente el dolor y trascenderlo

Respiras conscientemente para relajarte y centrarte en tu ser interior. 

Siéntete arraigado con tus pies en el suelo, siente detrás de ti a la rama paterna de tu familia del lado derecho y la rama materna del lado izquierdo. 

Desde tu estado adulto expresa: "Si a la Vida tal como es", "Gracias a la Vida tal como es". 

Visualizas ahora al dolor delante de ti. Lo miras y conectas con este dolor. 

Miras de frente el dolor sin miedo ni rechazo. Lo observas con aceptación, con amor, sin juicio. Lo miras, y observas toda la situación alrededor. 
Esperas hasta percibir en tu cuerpo las señales, conecta con tu guía interior y déjate guiar.
Si sientes que necesitas honrar, agradecer o expresar alguna frase, lo haces.

Luego, inhalando y soltando al exhalar, pides al Espíritu Creador "Por Favor". 

Y verás que ya algo ha cambiado. Sigues observando con amor; hasta que surja naturalmente un abrazo u otro movimiento de paz o reconciliación.

Cuando percibas que ya es suficiente, te despides, lo dejas detrás de ti y tu miras ahora hacia adelante, hacia la Vida. 


Me abro a la Vida tal como es. 
Sì a la Vida... Gracias... Por Favor...

¡Adelante! 



viernes, 10 de julio de 2015

Alquimia interior: Observar, Aceptar, Soltar...

“Si sientes miedo, sientes miedo. ¿Para qué convertir el asunto en un problema? Reconoce que tienes miedo, al igual que posees dos manos. ¿Para qué crear un problema? Es como si te preguntaras por qué tienes una nariz, en lugar de dos.
El miedo está allí y lo único que debes hacer es tomar nota y aceptarlo. Acéptalo y no te preocupes. Verás que súbitamente desaparece.
Esa es la alquimia interior: los problemas desaparecen tan pronto como se aceptan, pero se agrandan y complican cuando se entra en conflicto con ellos. Claro que hay sufrimiento y con él viene el miedo. Pero acéptalo porque no hay nada que puedas hacer al respecto. No pienses que estoy hablando de pesimismo al decir que no puedes hacer nada al respecto. Cuando digo que no hay nada que puedas hacer, te estoy dando la clave para solucionar el problema.
El sufrimiento es parte de la vida y del crecimiento, y no hay nada de malo en él. El sufrimiento se convierte en algo malo solamente cuando es destructivo, y no se utiliza para crear; el sufrimiento se convierte en algo malo solamente cuando la persona sufre y no aprende nada de su sufrimiento. Yo quiero decirles que cuando el sufrimiento deja lecciones es una fuerza creadora.
La oscuridad es bella cuando insinúa la pronta aparición del alba; la oscuridad es peligrosa cuando es interminable y no insinúa un amanecer. Es peligrosa cuando sencillamente se perpetúa y la persona continúa moviéndose como autómata en la rutina de su círculo vicioso. Esto te puede suceder si no estás alerta: por querer salir de un sufrimiento, terminas creando otro, y para escapar de ese creas otro, y luego otro, y así sucesivamente. Y todos esos sufrimientos que no has vivido continúan aguardándote. Han escapado, sí, pero simplemente para caer en otro sufrimiento, porque la misma mente que creó el primer sufrimiento, crea también los siguientes. El sufrimiento siempre estará ahí porque es una creación de la mente.
Acepta el sufrimiento y atraviésalo; no escapes. Es una dimensión completamente diferente en la cual debes trabajar.
El sufrimiento está ahí; sal a su encuentro, atraviésalo. El sufrimiento estará ahí, de modo que acéptalo. ¿Qué temblarás? ¡Entonces tiembla! ¿Para qué fingir que no tiemblas, que no sientes miedo? Si eres cobarde, pues acéptalo.
Todas las personas son cobardes. Aquellas a quienes llamamos valientes solamente están fingiendo porque muy en el fondo son tan cobardes como el resto del mundo. En efecto, son quizá más cobardes porque para crear su cobardía se han fabricado una máscara de bravura y tratan de actuar de tal manera que nadie piense que son cobardes. Su bravura es apenas una fachada.
¿Cómo podemos ser valientes? La muerte está ahí. ¿Cómo podemos ser valientes si somos apenas hojas sacudidas por el viento? ¿Cómo podría no temblar una hoja? Cuando el viento sopla, la hoja se estremece. Pero nunca acusamos a la hoja de cobarde. Sólo sabemos que está viva. Así, cuando tiemblas y el miedo se apodera de ti, eres como una hoja al viento -¡hermoso! ¿Para qué formar un problema de ello?
Pero la sociedad todo lo ha convertido en problema.
Cuando un niño siente miedo de la oscuridad le decimos: “No tengas miedo, sé valiente”. ¿Por qué? El niño es inocente; es natural que sienta miedo en la oscuridad. Pero lo obligamos a ser valiente y a esforzarse por serlo. Entonces, se llena de tensión y se limita a soportar la oscuridad; todo su ser está tenso y listo para temblar, pero el niño se reprime. Ese temblor reprimido lo perseguirá durante toda la vida. Habría estado bien temblar en la oscuridad; no habría nada de malo en ello. Habría estado bien llorar y correr y refugiarse en los brazos de sus padres, no había nada de malo en ello.
Ese niño habría salido de la oscuridad con mayor experiencia y mayor conocimiento. Después de temblar y sollozar en la oscuridad se habría dado cuenta de que en realidad no había nada que temer. Al reprimirlo, nunca logras experimentar el fenómeno en su totalidad y no extrae de él lección alguna.
La sabiduría viene con el sufrimiento, a través de la aceptación. Cualquiera que sea la situación, siéntete a gusto en ella…
¡Eres hermoso! Acéptalo y, no importa lo que suceda, permite que pase y vive la situación.
El sufrimiento no tarda en convertirse en aprendizaje, en cuyo caso se convierte en una fuerza creadora.
El miedo te dejará intrepidez y la ira te dejará compasión. Al comprender el odio, nacerá en ti el amor.
Pero eso no sucede creando un conflicto, sino viviendo con la consciencia alerta. Acepta y atraviesa la situación”
Osho


"Por favor, Padre, libera las memorias de dolor, de


abandono, de rechazo, de miedos, angustias, 

celos, envidias...................


de mi propia vida 

y la de mi familia.... 

Gracias, 

Por Favor, 

Si...."



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