miércoles, 16 de mayo de 2018

DÍA 15: El poder del espejo, Louise Hay

Cuando me perdono a mi mism@, me resulta más fácil perdonar a los demás.
PERDONATE A TI MISM@ Y A QUIENES TE HAN HERIDO

La lección de hoy es sobre el perdón: perdonarte a ti mism@ y a las personas que te han herido, para que tu corazón se abra a una nueva dimensión de amarte a ti mism@.
Durante las dos últimas semanas has estado trabajando para liberarte de muchas de las viejas creencias que te bloquean. Sé que no ha sido tarea fácil, así que concédete un tiempo para celebrar tus progresos.
¿Cómo te sientes hoy al mirarte al espejo y sentirte más liger@? Inspira profundo. Ahora, suelta el aire y di: "¡Ah! ¡Estoy dejando atrás mi pasado y me siento de maravilla!"
El perdón es un tema difícil para todos. Vamos construyendo los ladrillos que no nos dejan movernos durante muchos años. Dame la mano y hagamos el trabajo de aprender a perdonarnos y a perdonar a quienes nos han hecho daño. Tú puedes hacerlo.
El perdón nos abre el corazón a la autoestima. Si te cuesta quererte, puedes quedarte bloquead@ en el rencor. Muchos arrastramos rencillas durante años. Nos sentimos ofendidos por lo que alguien nos dijo o hizo. Yo lo llamo estar encarcelado en la prisión del resentimiento justificado. Tenemos razón, pero nunca somos felices.
Puede que no estés de acuerdo y pienses: "Pero no sabes lo que me hizo esa persona. Es imperdonable". Ser incapaz de perdonar es uno de las peores obstáculos que puedes tener. La amargura es como tragarse una cucharadita de veneno todos los días. Se va acumulando y te va deteriorando. Es imposible estar sano y libre si sigues atado al pasado.
Una de las lecciones espirituales más grandes que puedes aprender es comprender que todo el mundo hace lo que puede en cada momento.
Las personas sólo pueden actuar con el entendimiento, nivel de conciencia y conocimiento que tienen en ese momento.
Aquellas que maltratan a otras, siempre han sido maltratadas de pequeñas.
A más violencia, más sufrimiento interno y más probable es que pierdan el control. Esto no quiere decir que su conducta sea aceptable o justificable. No obstante, para tu propio crecimiento espiritual es necesario que seas consciente de tu sufrimiento.
El indice al que te estás aferrando ya pasó, tal vez hace mucho tiempo. Déjalo ir. Permítete ser libre. Sal de esta prisión personal que te has construido y deja que te dé la luz de la vida. Si la situación continúa, pregúntate por qué piensas tan poco en ti mism@ como para seguir soportando eso.
¿Por qué permaneces en esa situación?
Puedes elegir entre seguir bloquead@ y amargad@ o hacerte un favor a ti mism@ perdonando el pasado y dejándolo atrás, para seguir avanzando y crear una vida llena de alegría y sentido. En tu mundo tienes la posibilidad de hacer con ella lo que desees, porque tiene libre albedrío.
El próposito de la lección de hoy es ayudarte a subir tu autoestima hasta tal grado que sólo permitas experiencias amables en tu vida.
Por favor, no malgastes tu tiempo intentando vengarte. No funcionará. Lo que das es lo que recibes. Suelta tu pasado y trabaja en amarte a ti mism@ ahora. Entonces, tendrás un futuro maravilloso.
Una de las lecciones más valiosas que he aprendido es que cuando haces tu trabajo del perdón no es necesario hablar con las personas que te han ofendido para decirles que las perdonas. A veces querrás hacerlo, pero no es necesario. El principal trabajo del perdón has de hacerlo en tu corazón y delante de tu espejo.
Recuerda: el perdón rara vez es para los demás. Es para ti.
Hay muchas personas que me han dicho que realmente han perdonado a alguien y al cabo de un mes o dos han recibido una llamada telefónica o un correo electrónico de esa persona, pidiéndoles que la perdonara.
Esto parece que suele pasar cuando los ejercicios del perdón se hacen delante del espejo. Cuando hagas tu trabajo del espejo en la lección de hoy, atrévete a experimentar tus sentimientos en toda su profundidad.
Mirate al espejo y piensa en todas las personas que te han herido emocionalmente en tu vida. Déjalas pasar por tu mente. Ahora empieza a hablar con todas, una por una, en voz alta. Diles lo siguiente:
"Me hiciste mucho daño. Pensé que nunca lo superaría. Sin embargo, no estoy dispuest@ a seguir anclado en el pasado. Estoy dispuest@ a perdonarte. (Si todavía no puedes hacerlo, simplemente afirma: Estoy dispuest@)
"Te perdono. Te dejo libre". "Eres libre. Soy libre".
Tu pensamiento del corazón para hoy:
*PUEDO PERDONAR*

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